Nicolás Andreoli
A mí dame intensidad, que si hay desinterés prefiero soledad.
Hice cinco libros hablando de vos.
Nací gritando, me calmé escribiendo. Había poesías en este corazón que se vivía rompiendo. Desde el principio me hablé a mi mismo, y al cabo de un tiempo eran millones los que me estaban leyendo. Cinco libros, cientos de poemas, miles de sueños, que siguen creciendo.
Les escribo hace años, pero a algunos de ustedes, recién los estoy conociendo. Soy de los que se quedan volando, mientras otros salen corriendo. De los que encuentran motivos para seguir sonriendo aunque el mundo se esté cayendo. Entre mis poemas fui descubriendo, que hasta las heridas más profundas y hasta los problemas más complicados, se terminan resolviendo. Les escribo desde antes. Desde que alguien me agradeció por lo que estaba haciendo.
Desde una computadora en una casa humilde, me sentía rico, recibiendo el abrazo de quien de lejos me estaba leyendo, ¡soñaba y sanaba compartiendo mis poemas! Lo hice, y lo sigo haciendo. Pero ahora me estoy moviendo. Junte mis partes, estoy creciendo. Mezclé mi vida con el arte.
Cerré los ojos, y terminé viendo… que algo mejor estaba viniendo.
Sin editoriales que me respalden imprimí montones de libros desde Argentina, desde Uruguay, como también desde España para otras países del mundo. Empecé a viajar con mis libros a todas partes. ¡Hice una casa en una camioneta, para encontrarte! Todo cambia todo el tiempo, pero mis libros siguen teniendo un estilo único, cada uno lleva adentro lo que siento. Las etapas que fui viviendo, lo que tuve que soltar para seguir siendo, las claves, para salir sonriendo.
Con una musicalidad interna que los van uniendo, mis poemas forman historias que nos van descubriendo. Algunos de mis libros tienen cuentos, otro se rompe, como yo, en algún momento. En el cuarto, en ELLA, se planta la última hoja, y se florece de nuevo. En mis libros está el coraje que encontré ante los miedos. La decisión de vivir con los pies en el suelo, pero tocando el cielo.
Te invito a seguir volando juntos. Las puertas de mi corazón están abiertas cada vez que abris mis libros. Cuidalos, te cuidan, y algún día, te los dedico con un abrazo.
